Por Héctor José Corredor Cuervo
Señorial
ciudad de singular fortuna
tachonada
con hitos de noble historia,
sede
del congreso y del héroe cuna
quien
recubrió nuestra Patria con la gloria.
Por tus
calles reducidas y empedradas
transitó
con gran pasión la libertad
y
empleando los derechos como espadas
nuestro
pueblo salió de la oscuridad.
En
hermosos huertos de tu árido suelo
crecen
los olivos con tranquilidad
y se puede
escribir al sol en el hielo
misivas
de amor en paz con la verdad.
Por tus
aires de azulados celestiales
van
las cometas hasta la eternidad,
llevando
mensaje al Dios de los mortales
que la
Villa vive en completa hermandad.
En
noches bellas de grato plenilunio
vuelan
en átomos figuras con pólvora,
recordando
al fiero Boves su infortunio
de ver
por aires a tropa abusadora.
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