Por Héctor José Corredor Cuervo
Fuente de vida con alma esmeraldina
donde se siente la paz de la heredad
caminando y arropada por la ondina
bajo los rayos de un sol en hermandad.
En sus entrañas se guardaba el tesoro
de venerables caciques de los Muiscas,
que ofrendaban las vasijas llenas de oro
a los dioses en silencio y sin ventiscas.
En verdes montañas que le dan abrigo
quedaron rastros del hombre codicioso,
que violó su entraña como un enemigo
en medio de engaños con son belicoso.
¡Oh! bella
laguna con agua sagrada
y gratos efluvios de paz e ilusión,
yo quiero que sea siempre respetada
cual símbolo noble de una gran nación.
*En esta laguna sagrada los Muiscas adoraban a Chie la diosa del agua y
se desarrollaba el ceremonial de
reconocimiento y purificación del nuevo
cacique Muisca quien después de permanecer la noche anterior en una cueva
llegaba a la orilla de la laguna con cuatro sacerdotes y tomaban una balsa de madera cargada de oro y esmeraldas para hacer la
ofrenda a los dioses como símbolo de
adoración. Antes de sumergirse en el agua el cacique era impregnado con oro en
polvo y tierra y luego, en la mitad de
la laguna, lanzaba los tesoros al agua
en agradecimiento a los dioses. La
riqueza de esta laguna fue conocida por los
conquistadores españoles como los
tesoros del Dorado los cuales fueron
saqueados sin contemplación . Fue mucho y muy pesado el oro que se llevaron
y muy poco lo que se ha podido
recuperar. En uno de los saqueos ordenado por Felipe II se extrajeron catorce cargas de oro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario