jueves, 9 de julio de 2009

TIERRA CAFETERA



Por Héctor José Corredor Cuervo

En la tierra cafetera,
donde reina la confianza,
se ven crecer de primera
los caturros en labranza
como globos en hilera
con cerezas en bonanza
bajo el sol de primavera
con sus rayos de esperanza.

En sus apacibles predios,
sembrados de platanares
de guamos y de naranjos,
para cuidar cafetales,
se siente el frescor de gajos
y el calor en los mortales
que reciben los extraños
con afecto entre sus brazos.

En sus entrañas se anidan
pájaros de mil colores
los que con trinos incitan
a cantarle a los amores
y a contemplar con amigos
la venustez de mujeres
teniendo al cielo testigo
aún se sientan temblores.

En las veredas hay casas
rojas, blancas, amarillas
con techos ocres en tejas,
habitaciones sencillas,
galerías con materas
de vistosas barandillas,
maquinas despulpadoras
de las mejores semillas,
bandejas en secadoras
para orear cascarilla,
fogones en las cocinas
de ladrillo con hornilla
para alimentar labriegos
que trabajan sin mancilla,
con frijoles, con arepas,
con chicharrones, tortilla
y con las carnes saladas
que se asan en la parrilla.

A lo lejos se divisa
la grandeza de la sierra
que sale cual la cornisa
desde el alma de la tierra
con sus gélidos nevados
como copos de algodón
en paraíso encantado
bajo los rayos del sol.

Al terminar el ocaso,
en las tardes de arrebol,
se ven colgando del cielo
las estrellas cual farol
las que clarean hogares
de alegría y de ilusión
para dejar los pesares
entonando una canción
con guitarras y con tiples,
con requinto o acordeón.

En las cañadas se ven
volando en fila las garzas
que viajan para su edén
donde sueñan entre zarzas
dando ejemplo a los humanos
de unión, de paz, de grandeza
para vivir como hermanos
en libertad sin flaqueza.

Su gente es grata y honesta
la cual preserva el honor
sin pensar en el fracaso
o en la contienda temor;
escudriña en cada paso
que florezca la razón
en todos los colombianos
y se consiga la unión.

Esta es la tierra más bella
y orgullo de la nación
donde se ven Chapoleras,
cual Afrodita en acción,
recogiendo las cerezas
de dioses y población.

1 comentario:

  1. Hermoso poema que con orgullo recuerdo mi infancia en tierra cefetera

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