jueves, 21 de mayo de 2009

COMETA COLOMBIANA


Por Héctor José Corredor Cuervo

¡Oh!, hermosa cometa de cola alargada,
que vuela por los aires cual linda mariposa,
llevando recuerdos de una juventud pasada
y creando en los niños ilusiones de rosa.

¡Oh!, cometa tan dulce de colores formada,
con los visos de miel del honroso tricolor,
de diferentes formas redonda y alargada
que va hasta Villa de Leyva buscando el honor.

Por los aires tú luces cual flor de primavera,
que Dios nos ha entregado en bella naturaleza,
para hacer de la patria de todas la primera
cual bello paraíso por su inmensa riqueza.

Quisiera como tu volar por todo Universo,
observar los paisajes en otras dimensiones,
hacer bellas piruetas como niño travieso
y esparcir por el aire la paz y las canciones.

Tú que vuelas tan alto por todo el firmamento
y que puedes llevar los mensajes hasta el cielo,
¿por qué no cuentas al señor el dolor inmenso
e imploras que mande la alegría a este suelo?

A LA MUJER COLOMBIANA


Mujer hermosa con cuerpo de sirena
creada por Dios cual flor en primavera
para ser del universo la primera
con perfumes de azahar y de azucena.

Como las aguas del mar tu carne ondea
al estallar de pasión por el amor,
al oír la cumbia con gaita y tambor,
al sentirse de hombre bella dulcinea.

En tus pupilas reflejas paz interna,
que llevas en tu mente como agorera,
para ancorar sentimientos sin frontera
y trabajar sin descanso en la colmena.

En piel canela tostada por el sol
se guarda una gema con naturaleza
que mantiene luz de singular belleza
la cual estará prendida hasta el seol.

Mujer preciosa, del universo reina,
compañera con amor insuperable,
de modales finos y de trato amable
que permite olvidar el dolor y pena.

Mujer grandiosa con sangre colombiana,
con dientes de nácar y labios de rubí
que amas la familia con loco frenesí
tú eres una perla de esta raza humana.

COMO TE EXTRAÑO COLOMBIA


Cuando salgo de mi patria
y piso un extraño suelo,
me hace falta la alegría
y se me entristece el cielo.

Me hace falta la familia,
el consejo del abuelo,
la radio con melodía,
el porro, el sanjuanero,
el mapalé y la cumbia,
el joropo del llanero,
la voz de la Momposina,
el ciclismo de primero,
la tonada campesina,
el fútbol del cinco a cero.

Me hace falta la sabana,
la costilla de cordero,
mazamorra con panela,
el compañero sincero,
el buen postre de la abuela,
lo dulce del pordiosero,
la pulpa de la pitaya,
el desfile silletero,
el jugo de tamarindo,
el asado tolimense,
la ciclovía del domingo,
el cocido boyacense.

Me hace falta el manjar blanco,
la alegría de los viajes,
el aguardiente de estanco,
el pandebono en peajes,
el roscón con gaseosa,
el transporte de equipajes,
la partida cariñosa,
la belleza de dos mares,
las tiendas de las esquinas,
el tinto suave y caliente,
los chismes de las vecinas,
la ternura de la gente.

Me hace falta la trova,
el reinado del bambuco,
el concurso de bandola,
la guabina de Arcabuco,
el frío de las cordilleras,
las artesanías con greda,
el carrito de balineras,
la bella iglesia de sal,
el desfile de balleneras,
las flores de mi rosal,
la cometa colombiana.

Me hace falta el jipijapa,
el sabor de mejorana,
los amasijos de Paipa,
el abrigo de la ruana,
la música de los buses,
el paseo en transmilenio,
el cerro de las tres cruces,
el conductor de buen genio.

Me hace falta el rock de parques,
los paseos al arroyo,
el Nobel García Márquez,
Manuel Elkin Patarroyo,
los bocadillos veleños,
el reinado de belleza,
el acento del sureño,
el navegar en represa,
la chispa del antioqueño,
la gente con su nobleza,
las esmeraldas de ensueño.

Me falta el arroz con coco,
el friche de la guajira,
las arepitas de choclo,
los bizcochitos de achira,
el cantar del diostedé,
los paseos en la chiva,
el cerro del pacandé,
las canciones de Shakira,
el trato del sumerced
los poetas con su lira,
la hormiguita colona,
la subida a Monserrate,
el plato de la lechona
y el tamal con chocolate.

Colombia:
Cómo me duele sufrir,
cuando estoy en tierra extraña,
tan solo deseo vivir
para morir en tu entraña.

TE AMO COLOMBIA



Te amo Colombia, hermosa patria mía,
creada por mi Dios en primavera,
para vivir en paz y en alegría
con ritmo tropical de una palmera.

Amo el cielo azul turquí en armonía,
tus llanuras, tus mares, tus montañas,
tus poemas de amor con melodía,
y el trino de tus aves en mañanas.

Amo al pueblo lleno de fantasía,
tu escudo, tus glorias y tu bandera;
centauros recios cual alegoría
de libertad de hermanos sin frontera.

Mi pensamiento es preso en agonía,
al no tener sol de especial belleza
y al oír tu hermoso himno en lejanía,
mi corazón se rompe de tristeza.

ORGULLO COLOMBIANO















Por Héctor José Corredor Cuervo

Llevo en el alma la altivez de mi raza,
de indio, de negro, de blanco, de mestizo,
que hizo del suelo el más bello paraíso,
para vivir siempre en paz sin amenaza.

Siento el orgullo de ser un colombiano,
al contemplar el verdor de las praderas,
al oír los trinos de aves mañaneras,
al mirar la inmensidad de nuestro llano.

Vibro de orgullo por cielos matinales
por el sol radiante de sin par belleza,
por el grandor de montañas y riqueza,
por la variedad de frutos tropicales.

Todo mi ser se estremece de alegría
al escuchar una cumbia, una balada,
un vallenato, un joropo, una tonada,
un bambuco de armoniosa melodía.

Venero el escudo, el himno y la bandera
que representan la patria y su grandeza
de héroes que con honor y con nobleza
nos dieron la libertad en primavera.

MI JURAMENTO




















Por Héctor José Corredor Cuervo

Juro por Dios de frente a mi bandera
defender a mi patria hasta que muera,
respetar la voluntad del pueblo soberano,
mantener la integridad del suelo colombiano.

Prometo ser libre y luchar como una fiera,
contra el agresor de mi gente y de mi tierra;
contra el que viole cualquier derecho humano,
contra el inquisidor, el corrupto y el villano

CAMBIO MI ESPADA POR UNA PLUMA






















Por Héctor José Corredor Cuervo

Cambio la gloria de refulgente espada
que en los cuarteles es símbolo de honor
por una pluma en el pueblo acrisolada
para hacer las narraciones con valor.

Juro al Señor que no será empañada
con la envidia, la indolencia y el temor,
que seguiré sirviendo a la patria amada,
con entusiasmo, con gallardía y amor.