viernes, 2 de abril de 2010

GUAJIROS


Por Héctor José Corredor Cuervo

Cerca del mar en una soledad eterna,
bajo el domo azul de singular pureza,
habitan los Guajiros con alma enferma
en medio del abandono y la tristeza.

Son indios puros de raza y colombianos,
que defienden a su tierra con valor,
que impiden la deshonra de los hermanos
y que prefieren la muerte con honor.

Son guerreros como Prudencio Padilla,
que liberó a la patria de odio y terror,
aniquilando en Maracaibo la flotilla
del sanguinario, del tirano y opresor.

Son orgullosos de la sangre de su raza,
que cual torrentes les llega al corazón,
la que los impulsa a defender con casta
sus rancherías, su pueblo y su región.

Son compañeros y siempre inseparables:
el burro, la cabra, el arma y el chinchorro
los que llevan por las trochas naturales
para buscar agua como el gran tesoro.

Son las arenas que se las lleva el viento
el testigo del dolor, de la agonía,
del sufrimiento y del continuo lamento
que la hambruna deja allá en su ranchería.

A MI PUEBLO


Por Héctor José Corredor Cuervo

Pueblito de tejas rojas, con calles bien empedradas,
circundado de montañas y bañado por quebradas,
con jardines de mujeres con sus capullos en flor,
bajo cielos augurales que estimulan al amor.

En tus entrañas se guardan esas épocas doradas,
ese rasgar de los tiples con guabinas y tonadas,
los conciertos de las aves bajo un sol en esplendor,
el relincho de caballos y el sueño del labrador.

En tus aires aún se sienten las rosas perfumadas,
la fragancia de azahares que inundan la alborada,
el aroma de los nardos que esparcen un suave olor,
el bálsamo de la paz sin el odio y sin el rencor.

Por tus calles se pasean esos recuerdos tan bellos
del cariño de amigos, del tesón de los abuelos,
del temple de los mayores pletóricos del honor
que defendían al pueblo cuando sentían dolor.

Pueblito de mis recuerdos, pueblito de mis desvelos,
el retorno a tu campiña es el mayor de mis anhelos
para recorrer caminos sin el miedo y sin temor
gozando de la hermandad que nos dio nuestro Señor